A veces soy Guada...
A veces soy el Mapache que anda merodeando por ahi...
Pero a veces, cuando me pongo el uniforme, cuando me ato el pelo, cuando lustro mis borceguitos y limpio mi arma, cuando salgo a la calle... soy otra
Es una de mis tantas personalidades, es mi trabajo
Tener que imponer respeto, generar seguridad, cambia el punto de vista con el que manejo habitualmente...
La gente no es gente, son civiles y yo no estoy incluida en ellos.
Los pobres no son pobres, son crotos y son eventuales amenazas.
El miedo no existe, solamente hay reacción.
Las reglas no se rompen, se respetan y si se rompen, se castiga.
No se trabaja solo, me muevo en equipo y aunque el ser que tenga al lado sea mi peor enemigo, si está uniformado, lo tengo que defender.
El único bien que se respeta es la vida y la mia y la de mi compañero está por encima de todo.
La masa está indefensa y yo soy la que la defiende, soy la que pone el cuerpo y la que noche a noche pone la cara. Soy la grita, la que ordena, la que reprime.
Cuando estoy en la calle, represento la ley.
A veces no me gusta... como todo, el sistema está corrompido, mal diseñado. Y solamente tengo que estar, no pensar, no debatir, no dudar, el disparo tiene que salir en el momento preciso, los golpes tienen que ser dados en el momento adecuado.
Vi seres humanos morirse por balas, civiles o no, da lo mismo. Todos somos seres humanos. Y nadie merece la muerte.
Vi a policias rebajarse a lo màs patetico de la violencia. Vi a civiles intentado terminar con mi vida.
Noche por medio, salgo de las computadoras, mis amigos y los sodokus. Noche por medio, le doy un beso a totuga, le dejo una hoja de leshuga y me convierto. Pese a todo, pertenezco y no lo puedo evitar. A veces las cosas salen bien y el fin de semana me divierto contando mis andanzas. A veces las cosas salen mal y vuelvo a casa con los ojos congestionados, pensando en que solo es mi trabajo y pidiendo piedad para mi alma, que poco a poco se congela y se acostumbra a la violencia que me rodea.
A veces, siento que mi vida se divide en dos, lo que era, antes de ser policia, la inocencia que tenia, el miedo que me llevaba, lo que me indignaba la violencia, lo que me dolian las muertes.
Hace un rato, mientras caminaba (hoy es mi franco) vi a un policia pegandolé a un chico que lo escupió en la cara y lo único que se me ocurrió pensar es "mañana tengo guardia y a ese idiota me lo voy a cruzar yo"
Si alguno tiene un consejo sea bienvenido.
